sábado, 21 de febrero de 2009

EN DEFENSA DEL CONSUMIDOR


La lucha contra pillastres metidos a comercializar autos, a dizque financiar automóviles y a tratar deobtener ganancias ilícitas cuantiosas a base de la vieja mala arte de Shylock,del detestable oficio de la usura debe intesificarse ahora, porque en medio de la crisis, los consumidores van a perder hasta la camisa, los pantalones y toda la ropa íntima para quedar así:

Las autoridades de México han sido bastante tolerantes ocn los transgresores de las normas que con inmensos esfuerzos se han decretado.
¿De qué sirve un marco legal inaplicable?
Sabemos que los pobres servidores públicos muchas veces están peor que las sirvientas que llegan a su hogar para sustraer de allí lo más que puedan porque con el sueldo no les alcanza.
Llegan los abogangsters y pactan con los pequeños funcionarios tretas, chicanerías de todo jaez y planes truculentos para que sucumba el quejoso que llega no más a perder su tiempo.
Y esta situación que prevalece en todos los ámbitos jurídicos: en juzgados civiles, en ministerios públicos, en juzgados menores de todos los ramos, no puede dejar de aparecer en CONDUSEF, en PROFECO y en cuanta institución jurídica se haya creado.
Como dicen los gringos, de nada sirven las leyes, las constituciones y las normas de toda índole si nacieron para ser burladas. Como digo: si se trata de reglamentos de tr¿ansito, cívicos, policiales, serán borradas todas sus augustas palabrerías con la simple acción de la entrega de unos cuantos billetes, b ribery, y toda una gama de actos que llenan los artículos de la LEY DE RESPONSABILIDADES DE SERVIDORES PÚBLICOS, y leyes contra la corrupción , a granel, de la que están atetados los libreros de los leguleyos. Para cada norma hay su antídota. Y lo demás es ilusión, bobería, candidez y estúpida inocencia.
En mi lucha contra los pillastres, yo he seguido batallas como las que aquí muestro.
Intento que sirvan de ejemplo para combatir todos los obstáculos que se interponen para que la queja del ciudadano sea desechada, archivada y omitida.
El criterio de los burócratas de las instituciones jurídicas es: hay demasiadas quejas, demandas y asuntos que es imposible atender. Hay demasiados archivos que resulta imposible leer, estudiar y dictaminar. Hay una suma caótica de declaraciones que ni siquiera pueden ser revisadas.
Así, las resoluciones, sobre las rodillas, rara vez pueden dar a cada quien lo suyo. Gana por inercia la resolución que es religiosamente pagada por el mejor postor que casi siempre es el comerciante voraz, la banca, la fiduciaria, la financiera, en fin, al rico le hacen los mandados.
Y puesto que he tenido éxito y puedo decir con honradez que nunca he perdido un caso, creo que vale la pena que se asome a estos mamotretos que siguen una misma estrategia: ser implacable con la fustigación; ser duro con las autoridades venales e inmisericorde con el burócrata que quiere darle la vuelta al asunto, carpetazo a su expediente y dejarlo con sus tribulaciones.
Espero, que este blog le sea útil. Y si tiene alguna duda sobre su asunto personal estoy a sus órdenes.

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